SERIE «SENCILLOS Y PRÁCTICOS». EPISODIO 4
La consciencia o conciencia es entendida como una facultad del espíritu que impulsa a hacer el bien (entidad abstracta que contiene en sí misma la perfección, y está formada por lo considerado moralmente bueno), y a rechazar el mal (una cosa que es contraria a la norma moral, a la virtud o al bien).
Nuestra conversación tiene su origen en la vida de dos personajes importantes en el campo de la ciencia, y los aportes que hicieron a la humanidad en las áreas de la Sociología y la Psicología. Se trata del francés Émile Durkheim, y el suizo Carl Gustav Jung.
Acerca de Émile Durkheim…
el primero de los mencionados, nació en el año de 1.858, y murió en 1.917, a los 59 años de edad. Fue sociólogo, pedagogo y antropólogo; además de ser uno de los pioneros de la psicología moderna.
Se licenció en filosofía en 1.882 en la Escuela Normal Superior de París, y ejerció la docencia en varias ciudades de su país natal. Entre 1.885 y 1.886 se trasladó a Alemania, desde donde escribió varios artículos sobre filosofía y ciencias positivas o ciencias útiles, que eran enseñadas en las universidades durante los siglos XVIII y XIX, como las matemáticas, física, química, biología, la mineralogía, afines a la idea de progreso de esos siglos, gracias a los cuales, en 1.887, recibió el nombramiento de profesor encargado de la asignatura ciencia social y pedagogía en la Universidad de Burdeos, en el suroeste, a 500 kilómetros de París, cerca de la costa atlántica de Francia.
En 1.896; al cumplir los nueve años en dicha Universidad, recibió la cátedra de filosofía, y fundó la revista “el año sociológico”. Posteriormente, en 1.902, fue nombrado profesor de la cátedra ciencias de la educación en la nueva Universidad de París “La Sorbona”, reabierta en 1.896 con las facultades de derecho, medicina, letras y ciencias.
Las investigaciones de Émile Durkheim pasaron de la pedagogía, a la sociología, como resultado de sus observaciones relacionadas con la creciente y excesiva especialización y deshumanización del trabajo, a partir de la revolución industrial, y los riesgos al bienestar e interés común de la sociedad.
Para Durkheim, el objeto de estudio de la sociología debe ser el fenómeno, o hecho social, que existe antes del nacimiento del individuo; es producto de una colectividad, que ejerce la coerción social sobre él, le impone normas de pensamiento, reglas de conducta, y no excluye su autonomía en el ámbito de dicha colectividad. Como resultado de este estudio, se obtendrá la explicación de la conciencia colectiva, que está conformada por un conjunto de valores compartidos.
A los fines de la comprensión de qué es la conciencia colectiva y su importancia, hay que entender que según Durkheim, la conciencia colectiva es distinta a la suma de las conciencias individuales. La pérdida o el cambio de valores en lo moral, en lo religioso y en otras áreas, determinará la estabilidad o la evolución de una sociedad.
He allí la importancia de los resultados de las investigaciones de Durkheim. Los términos “evolución” y “estabilidad”, muy ligados a lo que conocemos como una de tantas definiciones que hay sobre la cultura.
La cultura, como lo acabo de mencionar, tiene muchas definiciones; más sin embargo, su relación directa con el significado de conciencia colectiva, está encaminada a las creencias y prácticas que son ejercidas sobre los individuos como un mecanismo de control; entonces nos preguntamos ¿qué hace la conciencia colectiva?, y encontramos que de acuerdo a Durkheim, ésta limita la conducta social, o los modos de vida y costumbres de una época o un grupo social.
Acerca de Carl Gustav Jung…
Diecisiete años más tarde del nacimiento de Émile Durkheim (1.875), nació Carl Gustav Jung, quien murió en 1.961, a los 86 años de edad. Jung estudió medicina en Basilea, una ciudad suiza ubicada en la frontera con Francia, e inició su actividad en la Clínica de Psiquiatría de la Universidad de Zurich, en la que desempeñó el cargo de director.
Entre los años 1.904 y 1.906 realizó estudios de asociación diagnóstica. En 1.905 recibió el nombramiento de profesor libre de psiquiatría, y siendo médico jefe en la clínica de Burghölzli, conoció a Sigmund Freud. Fue redactor del Anuario de investigación psicoanalítica y psicopatológica; y en 1.911 fue presidente de la recién fundada Asociación Psicoanalítica Internacional.
En 1.913 se separó de Sigmund Freud, y para distinguirse de la línea del psicoanálisis de Freudiano, creó una doctrina propia que denominó “psicología analítica”, y posteriormente “psicología compleja”. En 1.920 publicó su obra: Tipos psicológicos.
A diferencia de Émile Durkheim, quien habla de “conciencia colectiva”, Carl Gustav Jung habla de “inconsciente colectivo”. Pero ¿qué es el inconsciente colectivo?, el inconsciente colectivo es un tipo de almacén mental que poseen las personas en forma idéntica, conformado por símbolos primitivos que expresan un contenido de la psique más allá de los procesos cognitivos racionales, que son las operaciones gracias a las que podemos captar, codificar, almacenar y trabajar con toda aquella información que proviene tanto del exterior, como del interior. Estos procesos cognitivos son: la sensopercepción, o percepción a través de los sentidos; la atención (que puede ser externa o interna amplia o reducida, voluntaria, abierta, encubierta, auditiva, visual, selectiva, alternada, dividida, sostenida, y la concentración); el procesamiento de la información, la memoria, el pensamiento, las funciones ejecutivas (como la toma de decisiones), el aprendizaje, el lenguaje, la creatividad y la motivación.
Según Freud, quien también estudió éste concepto, el inconsciente colectivo es adquirido y desarrollado por todos los seres humanos de forma innata.
Para Carl Gustav Jung, los seres humanos presentan una serie de modelos perfectos y ejemplares que expresan sus instintos en sentido biológico, que se manifiestan en fantasías y revelan su presencia a través de imágenes simbólicas, de manera inconsciente, pero simultáneamente comprenden el lado espiritual del individuo. Estos modelos, o arquetipos no son adquiridos a través de la educación, ni la cultura; son innatos y hereditarios.
Las principales manifestaciones de estos modelos son: la sombra, a través de la que desarrolla el abandono de la espiritualidad y le permite al individuo que el pensamiento se base en procesos racionales como herramientas útiles y necesarias para su evolución. Cuando el ser humano supera la sombra, puede descubrir que es un ser inconsciente, incapaz de asimilar con facilidad las verdades del mundo; pero a la vez, un individuo consciente del impacto del entorno sobre su funcionamiento.
El Ánimus por su parte, implica la aparición de fantasías revestidas de necesidades y experiencias de naturaleza emocional, a través de figuras paternas, hombres famosos, de figuras idealizadas y de figuras de dudosa moral.
El Ánima, que es la imagen de mujer o figura femenina presente en los sueños o fantasías de un hombre, está representada como una mujer joven, seductora, famosa y malvada; las diosas, hechiceras y prostitutas.
El sí-mismo, que gobierna al individuo y lo lleva hacia un destino de forma inconsciente.
Todo lo que hemos hablado hasta el momento nos conduce a explicar la conciencia colectiva, como la manera en que un individuo; que es autónomo, se identifica con un grupo de personas reunidas en una estructura, donde hay un conocimiento interno que es conocido por todos, o una consciencia que está compartida por una pluralidad de personas.
Los seres humanos actúan dentro de un sistema de castigo y recompensa que es promulgado por el Estado (quien ejerce su poder sobre ellos), y de las esferas sociales, donde son entrenados; y aunque puedan tener algunas tendencias bárbaras, son corregidos mediante un proceso de asimilación, y la distribución de refuerzos ya sean positivos o negativos.
Tomemos como ejemplo, a los habitantes de una región, que como respuesta a una noticia sobre un hecho que los afecte como comunidad, reaccionan en forma individual como individuos “entrenados” dentro de las esferas sociales; más sin embargo, a través de mensajes sucesivos, dependiendo de los medios utilizados para su transmisión, las circunstancias individuales y el estado de ánimo de cada quién como individuo autónomo, se añaden a dichos mensajes reforzamientos negativos que “reactivan” dentro del almacén mental de cada uno de ellos esos símbolos primitivos que los gobiernan. Es allí donde los emisores de dichos mensajes, aprovechando las creencias y prácticas de los habitantes de esa comunidad, los logran controlar y los conducen de forma inconsciente, a cometer actos de violencia.
Conforme a lo planteado, podemos decir que la conciencia colectiva es el producto del sujeto entrenado dentro de una sociedad para aprender a desenvolverse y actuar como un individuo común dentro de ella. Este sujeto al que se puede llamar como “socialmente consciente”, es aquél que presenta una semejanza visible con relación a los otros miembros del grupo, o sociedad.
Si en verdad te ha llamado la atención el tema, y he logrado motivarte para conocer más sobre él, te recomiendo la lectura de los autores comentados y algunos de sus libros:
Envíame tu comentario. Te espero en la próxima entrega.
Hasta pronto
Hasta una nueva publicación.